LA CLASE POLÍTICA BALEAR (2ª PARTE)

     La partitura de la clase política balear bien se podría titular «Entre ladrones y mentirosos» y cuando digo «clase política» me refiero a algunos altos cargos que representan a los partidos políticos que están o han estado en el Govern. Pues estoy convencido que entre los otros altos cargos, cargos medios e inferiores, hay un elevado nivel de honestidad. Entre las calamidades que se pueden en este cajón desastre llamado Baleares, encontramos estos botones de muestra: Rasputín, Bitel, Mapau, R. de Santos, Turisme Jove, … para el PP; Son Espases, Segundo cinturón, IB3, … para el PSIB; Can Domenge, Son Oms, … para UM; Complejo Formentor, Villa Cortina, … para el resto de nacionalistas. Hoy y ayer, Baleares aparece como un seguro refugio de algún que otro Capitán Garfio y Pinocho. Parece mentira que la ciudadanía balear permita tal grado de surrealismo ¿por qué será? … quizás por miedo. La historia nos ha enseñado que cualquier proyecto vital donde aparece «el miedo» está condenado al fracaso. Que alguien me explique las bondades del seny mallorquín.

Palma de Mallorca, 14 de septiembre de 2008

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“QUALSEVOL DIA ENS TANCARÀN A TOTS”

     Conociendo la idiosincrasia mallorquina el que un alto cargo, representante de un numeroso colectivo, sea dado a pronunciar reiteradamente “Qualsevol dia ens tancaràn a tots” tiene muchas lecturas y ninguna de ellas positiva. Los que hemos nacido aquí, con ojos curiosos y orejas abiertas, el “Qualsevol dia ens tancaràn a tots” nos suena a música prepotente de cara a quien imparte justicia, nos recuerda la voz del amo cuando hace y deshace sin reparo alguno, nos confirma una posible tibia advertencia pronunciada con sorna y nos lleva a contemplar a muchos que en esta isla y de siempre han confundido lo público con lo privado. Este coloquial “Qualsevol dia ens tancaràn a tots” era y quizás sea una de las muletillas preferidas por el ex gerente de Turisme Jove, Damià Amengual, el ojito derecho de la ex consellera Rosa Puig. Qué conducta se podría esperar en esta isla donde el dinero de uno fue imprescindible para perpetuar una dictadura y ahora, en una democracia consolidada, todavía se mantiene su nombre en la principal avenida de la Capital.

Palma de Mallorca, 17 de agosto de 2008

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