LA IRRESPONSABILIDAD DE A. MARTORELL Y SU IB3
La humildad intelectual, el aprender del camino hecho por otros y una gran dosis de análisis, son actitudes imprescindibles para emprender cualquier nuevo proyecto audiovisual.
IB3 ya adeuda 215 millones de euros (35.750 millones de las antiguas pesetas), circunstancia que se explica a la perfección cuando uno comprende que IB3 peca de prepotente, de mirar hacia otro lado y de no querer analizar el universo audiovisual de su entorno. Su primer error lo vimos con el capítulo de la publicidad: en vez de sumarse inmediatamente al lobby que gestiona el pastel publicitario de la FORTA, decidió ir por libre concediendo su gestión a una acreditada empresa con sede en Madrid, vistos los resultados decidió concedérsela a una nueva y recién constituida empresa con sede en Palma, para finalmente terminar llamando a la puerta del lobby publicitario de la FORTA y, como siempre debió ser, formar parte de él. Lo más imperdonable y humillante de esta historia es que IB3 dejó de ingresar por este capítulo algún que otro millón de euros, por la sin razón de sus Directores Generales. Su segundo error está en su resistencia a analizar: Si las características propias de la autonomía balear (poca población y mucha diversidad de lenguas) aconsejan un modelo audiovisual «generalista» o más bien «temático» (muchísimo más económico). Análisis que, más pronto que tarde, deberá abordar; porque por un lado se demuestra, día tras día, que el área «informativos» es la única que cosecha un share satisfactorio, y por otro porque estará obligada, para no incrementar la deuda, a abandonar su política de «tener a todos o casi todos contentos» en el sector audiovisual balear. Política que ha conducido a IB3 a números rojos. Llegando así a esta estrambótica deuda de 215 millones de euros.
Madrid, 4 de junio de 2008
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