LAS PALABRAS SE LAS LLEVA EL VIENTO (3ª parte)
Se veía venir, la clase política balear no quiere hacer limpieza, que buena falta hace, en sus respectivas casas y, por supuesto, se niega a traspasarlas a nuevos inquilinos con clara voluntad de limpieza. Quieren seguir alimentándose de la «sopa boba» sin pegar golpe, eso sí, dando algún que otro «golpe». La inactividad de este Gobierno Autonómico es desesperante, lo es tanto que les importa bien poco estar rodeados de telarañas y antifaces. Y todo esto se hace «por responsabilidad». Es la primera vez que escucho que una importante empresa mantiene en sus cargos a consejeros de administración salpicados por la corrupción y que perjudican seriamente a sus accionistas. Es la primera vez que me insinúan: Como más sucia esté la casa, más cara y rápidamente se venderá. Nunca creí que una sociedad admitiera, tan dócilmente, la milonga de una «responsabilidad» trasnochada, casposa y tan provinciana. ¿A qué responsabilidad se refiere Antich?, a cambiar la ubicación del nuevo hospital de referencia, cosa que ha hecho, contradiciendo así sus propias promesas electorales. O a construir el segundo cinturón de circunvalación de Palma, cuando él y sus socios siempre lo negaron. O a consumir más territorio rústico, incumpliendo así su discurso de cara a la ciudadanía balear y muy particularmente de cara a algún que otro grupo ecológico. O a levantar el telón de su nacionalismo extremo, que siempre estuvo larvado en su interior, pero, no tan solo no se atrevió a desvelarlo, si no que anunció que era una etapa superada, en su engañosa campaña electoral. O a beneficiar a algunos pocos con una IB3, a la que no se cansó de criticar, y que ahora sigue beneficiando a los mismos.
Antich, debería explicar a la ciudadanía balear, los objetivos de su socorrido «por responsabilidad» no sea que, pasado algún tiempo, algunos nos veamos obligados a hacernos esta pregunta: ¿Para esto, no las convocó?.
Palma de Mallorca, 1 de noviembre de 2008
Etiquetas: Antich, Miguel Veny Torres