UPyD, NOS DEBE HACER REFLEXIONAR

     La irrupción del partido de Rosa Díez, UPyD, tras el magnífico resultado electoral obtenido -Parlamento de la UE- en las Islas Baleares, ha abierto una -más que necesaria- urgente reflexión tanto en electorado del PSIB como en el del PP balear. Muchos ciudadanos, de aquí, están defraudados por no decir altamente molestos de que a vísperas de elecciones de ámbito nacional, aparezcan estos dos partidos -el PSIB y el PP balear- travestidos y enmascarados de españolismo para poder dar un brusco giro de timón y presentarse así, sin rubor alguno, ante el electorado para ganarse el voto de aquellos castellanoparlantes/cataloparlantes -son muchos, recuérdese el 11-M -que ante todo aman la libertad y la igualdad ciudadana. Ciudadanos que no admiten que el conocimiento del catalán sea un imprescindible requisito a un loable mérito para acceder a la cosa pública. Y si este panorama no es así, a qué viene la presencia de Felipe González en estas europeas, o el análisis de las mismas, en un cuidado castellano, de José Ramón Bauzà en la televisión pública IB3, o la presencia de Diéguez en el mismo espacio televisivo, un personaje que, por no dominar el habla catalana, genera severos rechazos entre su propia gente de partido. En otras palabras, los dos partidos abusan, sin paliativo alguno, de la filosofía «unos sacuden al árbol y otros recogen y, sólo ellos, disfrutan de sus frutos» para que una vez llegados al poder -tanto el uno como el otro- olviden lo prometido y vuelvan a sus aparcadas -temporalmente- andanzas nacionalistas de siempre. Ignorando o, lo que es peor, dando la espalda al electorado que le ha llevado al poder. Ante este maquiavélico panorama, UPyD -por definición- representa la opción más coherente. Ante tales malintencionadas formas de captar el voto, sólo cabe un espacio político que garantice -por definición- la igualdad dentro de la pluralidad: UPyD. Este amplio espectro electoral -que se siente engañado- debería reflexionar sobre la posibilidad de cambiar su intención de voto y contemplar -descartándo o no- la opción: UPyD. Eso sí, advirtiendo -tanto a su fuero interno como externo- que es una decisión -en todo caso- reflexiva y tan meditada que no permitirá, en el futuro, cambio alguno en la filosofía doctrinal de UPyD «los derechos son de los ciudadanos y no de sus territorios».

Madrid, 10 de junio de 2009

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