DIFÍCIL SOLUCIÓN
Mis opiniones, sobre los últimos acontecimientos referentes a la conducta de la organización terrorista ETA, son fruto de un análisis objetivo, sin ningún apasionamiento, libre de cualquier partidismo y, sobre todo, con la altura de mira de que, «pase lo que pase», el único fin a conseguir siempre tiene que ser la paz y la desaparición de la organización terrorista ETA.
Mi primera opinión se transforma en pregunta: ¿es posible acabar con la organización terrorista ETA, aplicando sólo y únicamente políticas represivas y métodos policiales?. Mi respuesta es negativa. No se puede ni se debe olvidar que detrás de Batasuna, armario político de la organización terrorista ETA, hay ni más ni menos que la simpatía de alrededor de 180.000 individuos. Son tantos que, pretender un frenazo en seco, es simple y llanamente imposible.
También opino que con este último atentado se dislumbra, e incluso se certifica, una grave división interna dentro de la misma organización terrorista ETA: por un lado el sector duro, el que hace prevalecer su criterio y decide atentar. Y que con toda seguridad, cuenta con el peso inestimable de todos aquellos presos que se preguntan ¿tantos años de lucha, para eso?, ¿y ahora qué pasará con nosotros?. Y por otro, el sector que contempla como única salida dejar las armas y adentrarse de forma definitiva en el armario Batasuno de hacer política.
Opino que la existente división Parlamentaria sobre este proceso, por un lado casi todos los grupos políticos y por otro, en solitario, el Partido Popular, es de menor trascendencia para alcanzar la tan ansiada y deseada paz que la grave división, que de seguro existe entre los mismos miembros de la organización terrorista ETA, pues sabemos que una división Parlamentaria, en una democracia madura como la nuestra, siempre se puede resolver con la “palabra” y si no se puede, o no se quiere entrar en vías de entendimiento, sabemos, que estas conductas jamás irán más lejos de meras discusiones y siempre con la “palabra”. Pero me temo que la otra división, la de la propia organización terrorista ETA, sólo se podrá resolver con lo que ellos saben hacer mejor, “la violencia”. Una sangrante y propia violencia interna que sirva para parir: O un líder único que represente al sector duro. O un líder único del sector político. O una escisión de la organización terrorista ETA, como ya sucedió en 1973.
Palma de Mallorca, 31 de diciembre de 2006
Etiquetas: ETA, Miguel Veny Torres