TODO SIGUE IGUAL
A finales del siglo pasado, Luis Fidalgo (calidad humana donde la haya), a la sazón director de El Mundo/El Dia de Baleares, tuvo a bien publicar esta reflexión mía sobre el trato al turista: "Las palabras, como los turistas, vuelan, viajan, alternan e incluso veranean. Tanto es así, que sin ellas sería imposible crear «opinión». Palabras como invasión, culpa, indeseados, deterioro, fastidio, impuestos, hostilidad … se acomodan en el avión, en el barco, en el tren o en el automóvil y acompañan a los turistas de regreso a su países de origen. Y, una vez allí, estas palabras, junto a otras -esta es la hermosura de hermanarse por el diccionario- se reúnen y crean, como no puede ser de otra manera, «opinión» -al desagradecido, desprecio y olvido-.
A veces, esta «opinión» es tan certera que, sin buscarlo, hace que otros turistas decidan viajar a otros destinos diferentes por la seguridad de poder codearse con palabras como servicio, gentileza, seguridad, tranquilidad, amistad, diversión …
Las palabras, como el buen vino, necesitan el mimo y los cuidados de su amo, del que las pronuncia: «cortesía de sombrero, hace amistades y no cuesta dinero»"
A día de hoy y transcurrida toda una década, parece mentira que nuestros problemas con el sector turístico sean exactamente los mismos, léase, la conducta «grosera» de contestar en catalán la reclamación de un turista francés redactada (con gran esfuerzo) en castellano.
A veces, esta «opinión» es tan certera que, sin buscarlo, hace que otros turistas decidan viajar a otros destinos diferentes por la seguridad de poder codearse con palabras como servicio, gentileza, seguridad, tranquilidad, amistad, diversión …
Las palabras, como el buen vino, necesitan el mimo y los cuidados de su amo, del que las pronuncia: «cortesía de sombrero, hace amistades y no cuesta dinero»"
A día de hoy y transcurrida toda una década, parece mentira que nuestros problemas con el sector turístico sean exactamente los mismos, léase, la conducta «grosera» de contestar en catalán la reclamación de un turista francés redactada (con gran esfuerzo) en castellano.
Palma, 27 de agosto de 2010
Etiquetas: Luis Fidalgo, Miguel Veny Torres, Turismo