¿UNA TV IMAGINARIA?
Si yo fuese propietario de una cadena de televisión de ámbito X. Y si además, fuese un empresario ambicioso, inmoral y sin escrúpulos, establecería, sin dudarlo, la siguiente estrategia empresarial:
PRIMERO.- Convencer a todas las instituciones públicas, susceptibles de otorgar cualquier tipo de subvención, mediante datos imaginarios travestidos de veracidad y de difícil lectura, que casi todos, por no decir todos, los habitantes de este ámbito X, sintonizan a toda hora mi televisión.
SEGUNDO.- Informaría a los más altos cargos de estas instituciones públicas el elevado porcentaje de contenidos de carácter informativo que conforman la parrilla de programación de mi televisión.
TERCERO.- Convencería (a estos altos cargos) de la importancia y necesidad de su presencia en esta programación para poder así difundir su ideario político (ya se sabe que a los políticos les gusta, y mucho, verse en la pequeña pantalla, aunque nadie les vea).
CUARTO.- Mi televisión solicitaría, a estas instituciones públicas, todas las posibles subvenciones y prebendas que me pudieran otorgar.
QUINTO.- Si me funcionara esta estrategia no dudaría en hacerme con otra televisión y repetir la experiencia.
SEXTO.- Así podría convertir esta anómala forma de conducta en el cuento de nunca acabar.
Palma de Mallorca, 26 de diciembre de 2006
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