JOHN MÜLLER EN RELACIÓN A UPyD (III)
John Müller escribe: "Rosa Díez quería darle un marchamo histórico al mitin de ayer en Vistalegre y lo consiguió. Al tiempo que era una forma de subrayar los problemas de su antiguo partido -el PSOE-, que tuvo que suspender su tradicional acto en este escenario por cuestiones de liderazgo, Vistalegre era un desafío para una formación que no es de masas y que en el más multitudinario de sus mítines había reunido a 1.200 seguidores.
Ayer, había unas 5.000 personas en el palacio del barrio de Oporto, lo cual supone un éxito notable de convocatoria y movilización para un partido que no controla las clásicas fuentes donde se reclutan simpatizantes para este tipo de mítines: ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas.
«Es evidente que aquí hay gente que no está afiliada a UPyD porque si sólo hubiéramos venido los militantes no habríamos tenido este aforo», dijo Rosa Díez desde la tribuna mientras defendía que el suyo era un acto de pedagogía democrática, similar a los primeros mítines de la Transición.
Ahí, en el escenario, había un símbolo poco habitual en los mítines de los partidos que se reclaman nacionales: una bandera española, situada junto a una de la UE. Rosa la tocó durante un instante mientras hablaba de «patriotismo constitucional», quizás para demostrar que la bandera no mancha. Hay un complejo español con la bandera que parece muy difícil de superar. Pero como dice Díez, no es resignándose como se va a conseguir. Gran parte de las cosas que han pasado en el País Vasco con el gobierno de Patxi López, donde los malos han vuelto a ser malos y los buenos, buenos, tiene que ver con actitudes ciudadanas como ésta, en la que Rosa y sus amigos también señalaron un camino.
Junto con España, también hubo otros símbolos reivindicados por UPyD: la unidad frente a ETA, la lucha del pueblo saharaui y las libertades en Cuba. «Qué raro es este partido. La gente está pasándolo bien y haciendo la ola y no hemos insultado a nadie», dijo Rosa en un momento mientras exorcizaba cada rincón del palacio donde pudiera quedar algún resabio de los partidos tradicionales.
Díez anunció que el «precio político» que deberán pagar quienes deseen su apoyo en las instituciones a partir del 22-M será facilitar una reforma electoral y la recuperación por el Estado de las competencias educativas. El mismo camino que Nick Clegg en el Reino Unido.
Luis de Velasco, candidato a la Comunidad de Madrid, también soltó una curiosidad: la campaña autonómica de UPyD se centrará en pedir menos competencias.
Álvaro Pombo sorprendió por su energía y Fernando Iwasaki subrayó la intensa campaña que está haciendo el partido en las redes sociales. Algunos de sus documentos programáticos figuran entre los más «pirateados» por los partidos rivales.
El acto fue un mitin inteligente con un catálogo de temas que los grandes partidos rehúyen. Casi seguro que hay uno de sus temas, el de la reforma del Estado autonómico, donde UPyD se quedará sola. Que el acto quería pasar a la historia lo prueba la chapita magenta que se regaló a los asistentes: «Yo estuve allí. Vistalegre 2011»".
Ayer, había unas 5.000 personas en el palacio del barrio de Oporto, lo cual supone un éxito notable de convocatoria y movilización para un partido que no controla las clásicas fuentes donde se reclutan simpatizantes para este tipo de mítines: ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas.
«Es evidente que aquí hay gente que no está afiliada a UPyD porque si sólo hubiéramos venido los militantes no habríamos tenido este aforo», dijo Rosa Díez desde la tribuna mientras defendía que el suyo era un acto de pedagogía democrática, similar a los primeros mítines de la Transición.
Ahí, en el escenario, había un símbolo poco habitual en los mítines de los partidos que se reclaman nacionales: una bandera española, situada junto a una de la UE. Rosa la tocó durante un instante mientras hablaba de «patriotismo constitucional», quizás para demostrar que la bandera no mancha. Hay un complejo español con la bandera que parece muy difícil de superar. Pero como dice Díez, no es resignándose como se va a conseguir. Gran parte de las cosas que han pasado en el País Vasco con el gobierno de Patxi López, donde los malos han vuelto a ser malos y los buenos, buenos, tiene que ver con actitudes ciudadanas como ésta, en la que Rosa y sus amigos también señalaron un camino.
Junto con España, también hubo otros símbolos reivindicados por UPyD: la unidad frente a ETA, la lucha del pueblo saharaui y las libertades en Cuba. «Qué raro es este partido. La gente está pasándolo bien y haciendo la ola y no hemos insultado a nadie», dijo Rosa en un momento mientras exorcizaba cada rincón del palacio donde pudiera quedar algún resabio de los partidos tradicionales.
Díez anunció que el «precio político» que deberán pagar quienes deseen su apoyo en las instituciones a partir del 22-M será facilitar una reforma electoral y la recuperación por el Estado de las competencias educativas. El mismo camino que Nick Clegg en el Reino Unido.
Luis de Velasco, candidato a la Comunidad de Madrid, también soltó una curiosidad: la campaña autonómica de UPyD se centrará en pedir menos competencias.
Álvaro Pombo sorprendió por su energía y Fernando Iwasaki subrayó la intensa campaña que está haciendo el partido en las redes sociales. Algunos de sus documentos programáticos figuran entre los más «pirateados» por los partidos rivales.
El acto fue un mitin inteligente con un catálogo de temas que los grandes partidos rehúyen. Casi seguro que hay uno de sus temas, el de la reforma del Estado autonómico, donde UPyD se quedará sola. Que el acto quería pasar a la historia lo prueba la chapita magenta que se regaló a los asistentes: «Yo estuve allí. Vistalegre 2011»".
Palma, 4 de abril de 2011
Etiquetas: John Müller, Miguel Veny Torres, Rosa Díez, UPyD, Vistalegre