COMO EN LA PREHISTORIA
Me confieso un apasionado del sombrero y de la gorra, hace años que los uso tanto en invierno como en verano. No lo puedo evitar, me gustan. Me entristece la posibilidad de abandonar esta costumbre. No es lo mismo un elegante sombrero que un casco de motorista y mucho menos una gorra que un antiestético casco del ejército. Y me temo que tendré que acostumbrarme a estos indeseados cambios, por la cantidad de piedras que vuelan y circulan por los cielos de Mallorca, según declara el Delegado de Gobierno en Balears, Ramón Socias: “el tiro de honda está muy arraigado en las islas”. Ramón Socias debe ver en cada esquina un hondero ejercitando su puntería para hacerse con el pan de cada día. Así, con tanto canto rodado volando sobre mi cabeza, no tengo elección: o sombrero y gorra fuera de las Islas o cascos de diversa índole en las Islas.
Palma de Mallorca, 30 de mayo de 2008
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