EL SECTARISMO DE A. MARTORELL
Es una obviedad pero, como tal, es bueno recordarla de vez en cuando: IB3, como radiotelevisión pública de las Islas Baleares, será y es financiada a través de los impuestos de su ciudadanía. Así pues, como ciudadano de estas islas, estoy en el derecho, como así hago, de calificar al director general de IB3, A. Martorell, de sectario. Y digo que lo es, porque al mismo tiempo que en el ámbito de “su” IB3 despiden, en este mes de enero, a 31 trabajadores, él mantiene, sin pudor alguno, a Alfredo Conde en el cargo de jefe de producción ajena. Y es así, porque en la actualidad A. Conde está imputado por los presuntos delitos de uso de información privilegiada; fraude a la Administración; prevaricación; malversación de caudales; y falsedades de documentos. Y, además, goza de libertad gracias a una fianza de 200.000 euros.
Lo dicho, A. Martorell, es un sectario. Y vuelvo a decir que lo es porque, con su dudosa gestión, potencia la presencia de IB3 en Mallorca con el mismo ahínco que la debilita en el resto del archipiélago. Martorell no podrá utilizar jamás su recurrida e hipócrita filosofía: «cohesionar el territorio».
Ante tales despropósitos uno comprende la necedad de haber nombrado director general de IB3 -con el beneplácito de todos los partidos que conforman el Pacte- a éste destacado miembro de UM, llamado A. Martorell. Como diría el maestro Umbral: hay que joderse y agarrarse para no caer.
Madrid, 20 de enero de 2010
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