REFLEXIÓN DE DÓMINE
Antonio Pizà, del que siempre he admirado su fina ironía, reproduce en su artículo: “Como chupa de dómine”, este fragmento de la Carta al Director: “Reflexiones en voz alta” (carta que también a mí me llamó la atención), firmada por un comunicante cuyo nombre y apellido sí voy a repetir yo aquí, porque me da la gana, José M.ª López: “viniendo aquí me he perdido viveza, alegría, imaginación, agilidad de pensamiento, y confianza en el ser humano. Esa pesada y permanente cortina de desconfianza, pasotismo, individualismo, tristeza, tacañería enfermiza, hipocresía y secretismo que envuelve a una parte importante de esta sociedad isleña ha acabado de salpicarme y contagiarme negativamente”, pero Pizà omite, y él sabrá la razón, este otro fragmento de la misma carta referido a la idiosincrasia mallorquina: “Somos así, y al que no le guste que se vaya, es un grito cavernícola que dice muy poco a favor de quien lo emite”. Antonio, ¡Jo també t’estim!, que ¡Yo también te quiero!. Sabes aquel: Un dios premia a su discípulo con la isla de Mallorca, alabando su luz y su belleza, pero advirtiéndole: ” Esta isla, sin sus habitantes, sería el mismísimo Paraíso”.
Palma de Mallorca, 28 de diciembre de 2007
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