BARCELÓ Y LA SEU ¿ENCARGO O GRATITUD?
La voz de este mundo globalizado nos recuerda que Miguel Barceló está considerado como uno de los grandes genios en vida. Que su particular obra está más que considerada y codiciada desde Madrid a New York, desde Sydney a Ottawa o desde Singapur a Buenos Aires. Que el que quiera puede contemplar su compleja obra, por ejemplo, en: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid), Fundación La Caixa (Barcelona), Centre Pompidou - Musée National d´Art Moderne (París), Museo Guggenheim (New York y Bilbao), Timothy Taylor Gallery (Londres), Museo Marugami Hirai (Japón), Galerie Vedovi (Bruselas),... etc. Así que, como mallorquín y en nombre propio, le recuerdo a la Iglesia católica y en particular a los máximos responsables de la Catedral de Mallorca, La Seu, que artistas de este calibre y con este currículum siempre o casi siempre se les tiene que invitar y seducir para que lleven a cabo cualquiera de sus manifestaciones artísticas. Son artistas tan solicitados que ya están por encima del verbo “encargo”. Pertenecen al reducido círculo de aquellos que ya siempre podrán seleccionar o excluir. Así que La Seu, por su intrínseca humildad, debería dejar ya de utilizar tanto el verbo “encargo” y su trasfondo, y aprender a pulsar la realidad socio-artística utilizando más a menudo la palabra “gratitud”.
Vaya por delante mi más sincera gratitud al agnóstico Miguel Barceló por obsequiarnos con lo que se puede ver, sentir e incluso olfatear en la monumental Capilla del Santissim.
Palma de Mallorca, 11 de febrero de 2007
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