EL MAQUIAVELISMO DE A. MORAGUES CON IB3
Toda la clase política balear, y cuando digo toda digo toda, está a favor -esto es lo que dicen en público- de unos medios públicos de comunicación independientes y nada politizados. Lo dicen, por activa y por pasiva, a todos aquellos que les preguntan sobre esta cuestión. Y añaden que la pluralidad y la objetividad son principios imprescindibles que deben presidir, como no podría ser de otra manera, estos medios de comunicación públicos. Principios políticos innegociables que hacen incompatibles a los medios con la politización de los mismos. Es curioso que quien -aparentemente- más ha defendido, más ha intervenido y más se ha comprometido con esta independencia, me refiero, como Uds. habrán adivinado, al Conseller de Presidencia A. Moragues, nos anuncie que en la nueva Ley de la Radiotelevisión Pública de las Islas Baleares se contempla que para el nombramiento del director general de IB3 será necesario, como mínimo, una mayoría cualificada de 2/3 del Parlament. Hasta aquí, todo bien, incluso añadiría perfecto. Pero A. Moragues añade, que si en «cuatro meses» de la primera votación no se alcanza esta requerida mayoría cualificada de 2/3, el Govern tendrá la potestad para nombrar al director general por mayoría absoluta de la Cámara. Moragues lo justifica para así evitar un posible «bloqueo» por parte de alguna o algunas formaciones políticas que conforman el Parlament. Sr. Moragues, ya se lo dije en su día y hoy se lo vuelvo a repetir, deje de jugar con las palabras y, sobre todo, deje de tomarme por necio. Si llegada la hora, el Parlament no logra nombrar un director general de IB3 por mayoría cualificada de 2/3, será la prueba irrefutable de que toda, y cuando digo toda digo toda, la clase política que conforma el arco parlamentario no participa, en nada, de lo que siempre, de cara a la galería, no se cansa de defender «los medios de comunicación públicos jamás deben ser politizados». Ante tal despropósito político, la solución o imposición de poder nombrar al director general de IB3 por mayoría absoluta es un parche, un fraude, un despropósito y un auténtico disparate. Ante tal panorama, Ud. no puede ni debe ampararse, como así pretende, en el partidismo. Y por simple decencia política a lo público Ud. y los suyos se deberían plantear el cierre inmediato de IB3, para así, como mínimo, garantizar la imparcialidad y la objetividad que siempre dio, da y dará el silencio.
A toda la clase política balear sólo me cabe recomendarle que no cesen de buscar, y así poder hacer realidad el dicho popular «Una ciudad puede salvarse por un justo».
Palma, 14 de marzo de 2010
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