CARTA ABIERTA A ALBERT MORAGUES

     Ya está bien, Sr. Moragues, deje ya de tomarme como a un zoquete. Basta ya de juegos malabares con las palabras. Ud. sabe que la fórmula utilizada para el nombramiento del director general de IB3 a través del Parlament es equiparable, como mínimo, a que fuera el mismo Ejecutivo quien lo nombrara. La actual legislación vigente balear sobre esta materia, no obliga a que sea el Parlament quien elija al director general de IB3, así pues la responsabilidad de esta decisión y sus consecuencias sólo y únicamente les corresponde a Uds. ¿Por qué lo hicieron? quizás para amortiguar la mala imagen que iba a dar el PSIB al no cumplir las promesas dadas en esta materia a la ciudadanía.

     No me toree más, Sr. Moragues, con su: "El Parlament lo eligió y debe ser también quien lo destituya". Ud. sabe, o debería saber, -por higiene democrática, transparencia política y reconocimiento a la clase política- que el nombramiento por el Parlament de este delicado cargo público, como es el de director general de IB3, exige una mayoría cualificada (2/3 ó 3/5) del mismo, y que de no ser así, este nombramiento es, políticamente, papel mojado. Sr. Moragues, Ud. lo sabe pero no lo dice.

     Ud. argumenta "El Parlament lo eligió" y yo le pregunto ¿a propuesta de quién? y añado ¿qué grupos políticos votaron a favor de esta propuesta?, Sr. Moragues, permítame contestar por Ud.: A. Martorell fue elegido director general de IB3 por mayoría simple del Parlament a propuesta de los partidos que conformaban el Pacte y sólo votaron a favor los mismos que la propusieron. Dicho de forma coloquial «Uds. se lo guisaron y Uds. se lo comieron».

     Sr. Moragues, sea consciente de que con esta forma de hacer política y utilizando este demagógico argumento, sólo ha logrado reafirmar lo que, hace algún tiempo, opino yo de Ud.: sabe que se ha pasado algo más de mil pueblos, pero calla ¿por qué?.

Palma, 7 de febrero de 2010

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