IMPONER
La imposición y la obligatoriedad son conceptos de muy mala digestión para los españoles. Estos conceptos han originado, entre otros, episodios históricos como el Dos de Mayo, el Motín de Esquilache o nuestra última Guerra Civil. Quizás todo se deba a que la libertad individual sea para el español su bien más preciado. Lo saben todos y así lo manifiestan, ¿todos? ¡no!, miren por donde aterrizas en la Autonomía Balear y te encuentras con restricciones que no aplican ni las autonomías más nacionalistas, me refiero al borrador del decreto del Gobierno «Antich», por el que se obligará al personal que quiera acceder a una plaza laboral en el IBSalut, Servei de Salut de les Illes Balears, a acreditar un elevado conocimiento del catalán.
CatSalut, Servei Català de Salut, contempla el conocimiento del catalán como un mérito y no como un requisito.
SERGAS, Servizo Galego de Saúde, también contempla el conocimiento del gallego como mérito y no como requisito.
Osakidetza, Servicio Vasco de Salud, no establece baremo alguno para aquellos que conocen el euskera, y es más, obliga a superar pruebas de castellano a aquellos aspirantes no españoles cuya lengua oficial no sea el español.
Y aquí, que somos más papistas que el papa, exigimos lo que no exige nadie. ¡Enhorabuena, Antich! éstas actuaciones dejan bien al descubierto que nunca debió abandonar la formación política de sus inicios, el PSM.
Madrid, 9 de noviembre de 2008
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