PARA QUIEN SE SIENTA ALUDIDO

     Una sociedad que sólo vive para adorar el becerro de oro. Una sociedad opulenta que no invierte en cultura. Una sociedad que acepta la corrupción y el caciquismo. Una sociedad que sólo aspira a la buena mesa abusando del azar del mercado. Una sociedad que no sabe ni quiere hacer otra cosa que mercadear. Una sociedad que aplaude y realza al contrabandista. Una sociedad que no ve, porque no quiere ni desea mirar. Una sociedad que se empobrece por su educación. Una sociedad que presume de provincianismo y no acepta superarse intelectualmente. Una sociedad con recursos que confunde lo social con la caridad. Una sociedad así, sólo se merece el desprecio.

Palma de Mallorca, 8 de abril de 2006

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