LA CULTURA E IB3
Como profesional de los medios, me precio de saber distinguir la cosa pública de la cosa privada. Toda televisión pública debe apostar obligatoriamente y sin presiones del share por espacios culturales de calidad en horario de máxima audiencia, si no lo hace así sería un televisión predestinada a ser calificada, como mínimo, de «absurda». Les sugiero que lean el artículo de Román Piña Valls «Sin ‘prime time’ no hay subvención» publicado en El Mundo, y que dice “El martes 2 de junio se iba a emitir el segundo programa de IB3 Això no és Islàndia, al que dediqué la semana pasada una columna, tras ver el primero. Remarqué el puntazo que se había marcado IB3 al introducir en su programación un producto de tanta calidad, un espacio sobre libros presentado por una simpática e inteligente Llucia Ramis, y elaborado con el asesoramiento de Daniel Capó, Nadal Suau y José Carlos Llop. Un lujo de punto de partida que, como mostraba la primera entrega, solo podía ir dando excelentes frutos. Lógicamente la medalla se la podía colgar una IB3 que colocaba este programa cultural tan potente a una hora bastante de agradecer, las 23 horas. Si es obvio que ha de haber programas para todos los gustos, también es obvio que han de emitirse en horas razonables.
Para la segunda entrega de Això no és Islàndia, IB3 ha desplazado el programa a la una de la noche. Ha decidido que es un programa bien para noctámbulos, bien para nadie. La consejería de Cultura y el IEB, que patrocinan el programa, así, tras recibir una patada en el culo al ver cómo a la hora en que los baleares podríamos seguir disfrutando un producto autóctono, nos endosan por enésima vez una película con Kim Novak y Jack Lemmon, parece que van a retirar sus logos y su dinero del programa, con toda la razón. Patrocinar un programa de fomento de la lectura que por razones obvias no va a ver nadie, es absurdo. Ib3 ha tomado el pelo a estas instituciones. Nos volvemos a preguntar por qué el PSIB ha entregado una herramienta tan importante de culturización a unos propagandistas de la banalidad.
Se dice que al nazi Goering, cuando oía la palabra cultura, la mano se le iba hacia la pistola. Cuando los directivos de IB3 escuchan la palabra cultura, la mano se les va hacia la parrilla.
IB3 es una televisión pública. No puede basar sus intereses en el éxito de audiencia de sus programas. Això no és Islàndia, está enfocado a la divulgación de libros, a la promoción de escritores baleares, y lanza anzuelos para excitar nuestra sed de conocimiento. Fomenta la lectura, es decir, el uso de la inteligencia. En el breve primer programa, supimos que un joven mallorquín, Andreu Jaume, trabaja en la prestigiosa editorial Lumen, que Biel Mesquida tiene un porrón de libros a sus espaldas, que Antoni Serra es un autor a reivindicar, y que tenemos en Mallorca críticos literarios tan valiosos como Nadal Suau y Daniel Capó. Esa maravilla no se puede echar por la borda. Ese oro merece ser exhibido y explotado gracias a una concepción responsable de quien manda en una televisión pública.
No vale un pimiento el discurso de que hay que darle a la audiencia lo que pide. Más que nunca en estos tiempos la televisión puede y debe educar, aportar por subir el nivel del consumidor, formarlo. Justo porque la escuela no es suficiente, y no es suficiente porque la sociedad ha sido degradada por la vulgaridad aventada precisamente desde los mass media, y de tan degradada no hay milagro docente que consiga hacer de nuestros chicos personas de, siquiera, buenos modales.
Iba el martes por el Borne, por la Feria del Libro, y vi al escrito Toni Serra y me acordé del destierro del programa de Llucia Ramis y me dije: menos mal que nos queda Antoni Serra. IB3 desprecia los libros, teme la inteligencia y la información libre. Consuela recordar que hay un escritor en Mallorca que cada domingo comenta libros a toda página en un diario de Palma. Me da pavor pensar lo pobre que podría llegar a ser esta tierra sin la labor de Serra. Da mucha pena la ocasión perdida de esta IB3 que por un momento nos había hecho creer que apostaba por la calidad ”.
Para la segunda entrega de Això no és Islàndia, IB3 ha desplazado el programa a la una de la noche. Ha decidido que es un programa bien para noctámbulos, bien para nadie. La consejería de Cultura y el IEB, que patrocinan el programa, así, tras recibir una patada en el culo al ver cómo a la hora en que los baleares podríamos seguir disfrutando un producto autóctono, nos endosan por enésima vez una película con Kim Novak y Jack Lemmon, parece que van a retirar sus logos y su dinero del programa, con toda la razón. Patrocinar un programa de fomento de la lectura que por razones obvias no va a ver nadie, es absurdo. Ib3 ha tomado el pelo a estas instituciones. Nos volvemos a preguntar por qué el PSIB ha entregado una herramienta tan importante de culturización a unos propagandistas de la banalidad.
Se dice que al nazi Goering, cuando oía la palabra cultura, la mano se le iba hacia la pistola. Cuando los directivos de IB3 escuchan la palabra cultura, la mano se les va hacia la parrilla.
IB3 es una televisión pública. No puede basar sus intereses en el éxito de audiencia de sus programas. Això no és Islàndia, está enfocado a la divulgación de libros, a la promoción de escritores baleares, y lanza anzuelos para excitar nuestra sed de conocimiento. Fomenta la lectura, es decir, el uso de la inteligencia. En el breve primer programa, supimos que un joven mallorquín, Andreu Jaume, trabaja en la prestigiosa editorial Lumen, que Biel Mesquida tiene un porrón de libros a sus espaldas, que Antoni Serra es un autor a reivindicar, y que tenemos en Mallorca críticos literarios tan valiosos como Nadal Suau y Daniel Capó. Esa maravilla no se puede echar por la borda. Ese oro merece ser exhibido y explotado gracias a una concepción responsable de quien manda en una televisión pública.
No vale un pimiento el discurso de que hay que darle a la audiencia lo que pide. Más que nunca en estos tiempos la televisión puede y debe educar, aportar por subir el nivel del consumidor, formarlo. Justo porque la escuela no es suficiente, y no es suficiente porque la sociedad ha sido degradada por la vulgaridad aventada precisamente desde los mass media, y de tan degradada no hay milagro docente que consiga hacer de nuestros chicos personas de, siquiera, buenos modales.
Iba el martes por el Borne, por la Feria del Libro, y vi al escrito Toni Serra y me acordé del destierro del programa de Llucia Ramis y me dije: menos mal que nos queda Antoni Serra. IB3 desprecia los libros, teme la inteligencia y la información libre. Consuela recordar que hay un escritor en Mallorca que cada domingo comenta libros a toda página en un diario de Palma. Me da pavor pensar lo pobre que podría llegar a ser esta tierra sin la labor de Serra. Da mucha pena la ocasión perdida de esta IB3 que por un momento nos había hecho creer que apostaba por la calidad ”.
Palma, 1 de junio de 2010
Etiquetas: Això no és Islàndia, IB3, Llucia Ramis, Miguel Veny Torres, Román Piña Valls
posted by Miguel Veny | 9:07 p. m.
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