A IB3 NO HAY QUIEN LE TOSA

     Estas palabras del futuro presidente de UM, Miguel Angel Flaquer, -si es que llega el nombramiento-, "no se tocará a ningún conseller, ni al director de IB3" dejan al descubierto, una vez más, el gusto que tiene el gobierno Antich a utilizar, para injustificables intereses políticos, intencionadas cortinas de humo. Esta declaración insinúa, o mejor dicho, aclara que a A. Martorell no le destituye «ni dios». Que en esta historia, el PSIB y el Pacte tan solo «pintan bastos». En definitiva nos dice que principios mediáticos como la independencia, la objetividad y la pluralidad serán simples marionetas en manos de UM -y todos conocemos las ambiguas formas de conducta de ese partido-. ¿Recuerdan cuando Antich, Moragues y Diéguez, ya en el poder, se enorgullecían al manifestar que el nombramiento del director general de IB3 había sido fruto de una mayoría parlamentaria? -eso sí, se cuidaban muy bien de ocultar que esta mayoría suficiente era fruto, tan solo, de sus propios votos más los de sus socios de gobierno-, enorgullecimiento contradictorio a lo manifestado por Flaquer. Estas palabras nos muestran la desvergüenza de una gran parte de nuestros políticos: por un lado, la confirmación de una votación parlamentaria apañada para un fin propagandista, y por el otro, la certeza de que: no tan solo el modelo actual de IB3 permanecerá intacto -excepto en lo que respecta a su deuda- hasta el fin de legislatura, sino que, se convertirá, definitivamente, en la «cuarta conselleria» en manos de UM.

Madrid, 5 de junio de 2009

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