MALLORCA, UNA SOCIEDAD CERRADA
La ingenuidad de Wolf-Ruthart Born, embajador de Alemania - Madrid, al manifestar que "un alemán con raices aquí (Baleares) tiene que participar en la política" es la ingenuidad del diplomático en un país de mariachis. Desconoce que aquí no se integra el que quiere si no el que puede. Y que éste poder siempre está vinculado a una abultada cuenta corriente. Mallorca es fenicia, y sólo se abre y relaciona a toque de Don Dinero.
Aquí, la costumbre de siempre es sentarnos en el balancín, a la sombra y junto a la puerta de casa. Ver pasar la vida ajena. Saludar o no y de lejos a nuestros vecinos que sentados, como todos, en sus balancines a la sombra y junto a sus casas ven pasar, también, la vida ajena. Y así, así, así ... menos mal, como escribió Andrés Ferret, que tenemos el mar "el auténtico valor de la vida radica en las cosas que no tienen precio. Y el mar es la mayor de ellas, incluso en la Mallorca fenicia".
Palma de Mallorca, 15 de junio de 2006
Etiquetas: Andrés Ferret, Miguel Veny Torres, Wolf-Ruthart Born
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