EL PSIB Y EL DÉBIL VALOR DE SU PALABRA DADA
Con mucho esfuerzo, grandes dosis de generosidad y no menos sacrificios, nuestra ciudadanía se ha dotado de un sistema político de representación parlamentaria. Donde los partidos políticos se responsabilizan, y más con nuestro mecanismo de listas cerradas, de la coherencia, transparencia y sincera dedicación a la cosa pública de sus cabezas de lista, que darán voz de la voluntad ciudadana derivada de las urnas, en el templo de nuestra democracia que es, como no podría ser de otra manera, el Parlamento Nacional. Este es el mandato que tenía que asumir el PSIB con su parlamentario Antoni Garcias. Sé que en estas islas lo de mirar hacia otro lado o saciar el ego personal a través de la política son actividades que están en el orden del día. Aún así, el PSIB debería ruborizarse, entonar su mea culpa y pedir disculpas por la conducta de éste parlamentario. En esta democracia que nos hemos dado todos, una vez adquirida la representatividad ciudadana, ésta no se puede ni se debe rechazar por una infantil inadaptación como ha sido, en este caso, la morriña a «sa roqueta».
París, 30 de enero de 2009
Etiquetas: Antoni Garcias, Miguel Veny Torres, PSIB
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