LA PARÁBOLA DE JAUME MATAS
El Molt Honorable Jaume Matas proviene de una familia republicana de clase media y comerciante. Su familia era de las pocas que cerraban las persianas de su casa cuando se celebraban actos profranquistas, como eran los parabienes populares por la visita del Generalísimo. Así se entiende la enfermiza soledad del President en una sociedad como la mallorquina, que si por algo se caracterizaba era por ser más que un Vasallo, y yo diría más, eran disciplinados súbditos del ideario del Movimiento Nacional. Y es así como se debe comprender el afán sin límites de Jaume Matas para hacerse con un palacete en los mismos territorios de aquellos a los que nunca perteneció, en la mismísima calle San Felio frente a la calle Montenegro. Jaume Matas es un compendio de frustración e inferioridad social. Su hambre de poder proviene más de la complejidad que de principios políticos. La derecha que profesa es más un caldo de ambición infantil / juvenil que la consecuencia del pensamiento liberal / democristiano. Jaume Matas, diga lo que diga, siempre se ha mirado a sí mismo a la hora de hacer política. Ha contemplado tanto tiempo su niñez y juventud que no ha dudado en utilizar todos los medios posibles y a su alcance para conseguir lo que siempre soñó ser y quiso decir: «Jo també sóc un de vosaltres».
Etiquetas: Jaume Matas, Miguel Veny
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